10 minutos con Jesús: Paciencia de abuelos
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«Ayúdanos, Señor, a ser tierra buena, preparada, fértil».
«Ayúdanos, Señor, a ser tierra buena, preparada, fértil».
«Señor, enséñanos a perseverar en la oración».
Una antigua tradición, que arranca del siglo II, atribuye estos nombres a los padres de la santísima Virgen María. El culto a santa Ana se introdujo ya en la Iglesia oriental en el siglo VI, y pasó a la occidental en el siglo X; el culto a san Joaquín es más reciente.
Felicitas nace en una familia argentina donde la fe se vive, más bien, por tradición, y donde se tiene una visión de un Dios severo y castigador. A la edad de 15 años tiene una experiencia de Dios que le hace amarlo y entregarse a Él como religiosa. Llama a las puertas de un convento donde le dicen que espere a ser mayor de edad y así poder ir viendo si es realmente su vocación o no. Esto provoca en Felicitas un gran enfado, que acaba en romper la relación con Dios. Deja de ir a Misa, de hacer oración, y comienza a ir de fiestas y a vivir en pecado mortal. Aún así, rechaza la propuesta matrimonial de su novio por ser una relación mundana. Poco a poco se va acercando de nuevo a Dios, y de ahí resurge una relación centrada en Dios. Descubre toda su historia de conversión en «Cambio de Agujas».
«Mártir por la fe, ayúdame a ser valiente».
Dña. María Solano Altaba, decana de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad CEU San Pablo, comienza este tercer programa del bloque de «Un ancla en la tormenta» dedicado a «Recuperar lo que somos», recordándonos los valores que se encontraban, hace un tiempo, en los núcleos familiares. Actualmente, parece que ya no existe una verdad sino que cada uno puede fabricar la suya según su parecer. Dña. María argumenta por qué este modo de actuar no es correcto y da algunos consejos para saber cómo educar a los niños, que son las futuras generaciones de nuestra sociedad, para que sepan detectar y seguir, dentro de esta confusión social, la única verdad existente.
Nació en Betsaida; era hijo de Zebedeo y hermano del apóstol Juan. Estuvo presente en los principales milagros obrados por el Señor. Después de la Ascensión de Jesús, Santiago el Mayor se distinguió como una de las principales figuras entre el grupo de los Apóstoles. Por eso, cuando el rey Herodes Agripa se propuso acabar con los seguidores de Cristo, lo primero que hizo fue mandar cortarle la cabeza a Santiago, y encarcelar a Pedro. Así tuvo el honor de ser el primero de los apóstoles que derramó su sangre por proclamar la religión de Jesús Resucitado.
«El camino de la fe es mirar y escuchar a Jesús».
Si conozco a alguien que se está planteando el aborto, ¿hay algo que pueda hacer para ayudarla? En este programa de «Entre Profesionales», Dña. María José Mansilla nos da una serie de consejos para intentar salvar la vida del bebé y proteger la salud de la madre. Nos anima, además, a acudir al Proyecto Ángel, un proyecto de la Iglesia Católica, de la Asociación Spei Mater, que acompaña y proporciona ayuda íntegra a mujeres embarazadas que pasan por situaciones difíciles.
Santa Cristina nació en Bolsena, ciudad italiana de la Toscana. Era hija de un rico magistrado llamado Urbano que practicaba la fe pagana. Por su conversión al cristianismo fue expuesta a múltiples tormentos sufriendo el martirio a principios del siglo IV.
San Charbel Makhluf nació en el Líbano en 1828. A los 23 años, escuchó una voz: “Deja todo, ven y sígueme”. Ingresó en el convento de Nuestra Señora de Mayfouq. Su vocación de anacoreta lo llevó a retirarse a la ermita de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, donde, en oración contemplativa y penitencia, permaneció hasta su muerte en 1898.
San José Fernández fue mártir en 1838 en la persecución de Minh-Man, en Vietnam. Fue encerrado en una estrecha jaula que le impedía moverse, hasta que quedó paralizado. Le insistían que pisara la cruz, pero como se negó repetidas veces, lo llevaron a decapitar.
«Lo mismo sucederá el Día en que el Hijo del hombre se manifieste».
Nació en Suecia el año 1303; se casó muy joven y tuvo ocho hijos, a los que dio una esmerada educación. Ingresó en la tercera Orden de San Francisco y, al morir su marido, comenzó una vida de mayor ascetismo, sin dejar de vivir en el mundo. Fundó una Orden religiosa y se trasladó a Roma, donde fue para todos un ejemplo insigne de virtud. Emprendió varias peregrinaciones como acto de penitencia, y escribió muchas obras en las que narra sus experiencias místicas. Murió en Roma el año 1373.
Cristina Fernández Girón es una niña de once años. Su cariño y confianza por Nuestra Madre del Cielo nació en el seno de su propia familia, en la que es la pequeña de cuatro hermanas. Cristina conserva el recuerdo de rezar el rosario en casa siendo ella muy pequeña, antes incluso de saber recitar las oraciones. A sus once años explica que el rosario para ella «es cogerle el dedo a la Virgen».
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