Esta vez es Joaquín, el mesonero, dueño del establo donde nació Jesús, el que nos deja escuchar lo que le dijo al Niño cuando se acercó al Portal. ¿Por qué le mandó allí? ¿Sabía quién era? Él mismo nos lo cuenta.
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
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