Compartiendo a Jesucristo: El sábado se hizo para el hombre
«Misericordia quiero y no sacrificios».
Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
Más información aquí.