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 «El mejor sitio en el que puedo estar no es aquel con el que yo sueño, sino aquel con el que Tú has soñado».

«Pidamos a Dios que seamos coherentes».

«Seguir a Jesús, seguirle muy de cerca, es ser muy prudente».

«La mirada es muchas veces la clave de la amabilidad en el andén de nuestra vida».

«Busquemos al Señor constantemente, porque Él no se cansa de buscarnos».

«Sufrir con paciencia mis propios defectos significa estar dispuesto a dar la batalla día a día, para que desaparezcan, para que esos defectos no me dominen, para que no hagan sufrir a la gente que tengo alrededor». 

«¿Tenemos una actitud humilde?».

«La variedad de los cristianos es una maravilla y los múltiples carismas una manifestación de la riqueza de los dones del Espíritu Santo».  

«Que no queramos ser el primero sino el último».

«Eres Madre de la Iglesia en las diversas vocaciones, y también lo eres en cada momento del día».

«Sigamos el ejemplo de Nuestra Santísima Madre».

«Seamos humildes y reconozcamos nuestros fallos».

«Allí en el regazo de Jesús, donde te sientes seguro, porque ese es nuestro refugio, llama al Padre y di: "¡Papá!" y llámale así muchísimas veces seguidas. En ese lugar encontramos la Verdad, la verdad de esas preocupaciones que ya dejan de preocupar, y empezamos a ver las cosas en la verdad».

«María, el arca de la nueva alianza, supera con creces a la antigua; por eso, cuando María está presente, se derraman bendiciones, se ganan batallas, se derrotan enemigos y los ídolos se derrumban».

«No despreciemos el sufrimiento».

«Desiste, hija mia, de tu esfuerzo, pues ninguna oración que pudieras componer me daría la alegría y el gozo que me da cada Ave María».

«Reflexionemos las veces que hemos juzgado al hermano por no cumplir la Ley».

«Vivir en este mundo pensando en el Cielo, pensando que Dios quiere comunicarnos Su vida que es vida eterna».

«Debemos discernir qué es lo que estamos haciendo con nuestros bienes materiales».

«¡Cómo se notaba que el horizonte que guiaba su vida era el cumplimiento de Tu voluntad, que su alma rebosaba de Tu presencia, que estaba llena de Gracia!».