De cirujano a monja. Y feliz.
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Síntesis:
La protagonista del Cambio de Agujas que esta semana presenta la Fundación EUK Mamie-HM Televisión, más que un “cambio de agujas” lo que ha vivido es todo un “cambio de tren”. Akiko Tamura nació en Madrid, de padre japonés y madre navarra, y fue hasta sus 37 años una exitosa cirujano torácica de la Clínica de Navarra (España). De hecho, ella fue de los primeros doctores capacitados para el manejo del robot Da Vinci en España, una técnica pionera que permite realizar cirugías microscópicas.
Pero, a través de un largo proceso interior, el Señor la fue guiando hasta que, el 11 de agosto de 2012, entró como Carmelita Descalza en el Convento del Buen Pastor de Zarautz, en Guipúzcoa (España). Las cámaras de Cambio de Agujas pudieron entrevistarla, a través de las rejas del locutorio de su convento, tras cuatro años de vida contemplativa. Mucha gente, refiere la Hna. Akiko, cuando lo dejó todo para irse al Carmelo, sacaban los pañuelos para secarse las lágrimas pensando en lo mucho que dejaba. A día de hoy, es la hna. Akiko la que se emociona hasta las lágrimas, pero no de pena por lo que ha dejado, sino de felicidad y agradecimiento a Dios por lo que ha recibido. En efecto, la Hna. Akiko confiesa que se siente tan feliz que, cada mañana, se pellizca para asegurarse que es verdad que está despierta, que no es un sueño, porque “puedes ser Carmelita y ser feliz, puedes estar encerrada y ser feliz y ser libre. Y no lo cambiaría por ningún quirófano, ni por nada del mundo”.
Testimonio impactante que toca temas tan importantes como:
- La vocación y el sentido de la vida;
- La vida consagrada;
- La verdadera felicidad;
- La familia cristiana.
- La necesidad del discernimiento.
¿Te parece interesante? Pues aún hay mucho más… ¿Por qué no pruebas a ver este testimonio con otras personas? Pueden ser miembros de tu familia, amigos, jóvenes de catequesis, grupos de matrimonios… Reflexionando juntos, seguro que encontráis mucha luz para vuestras vidas. Sigue estos pasos:
1.- Introduce el testimonio de la Hna. Akiko con la ayuda del texto que acabas de leer en la síntesis.
2.- A través de este link accede al testimonio de la Hna. Akiko en el programa Cambio de Agujas. Escucha con atención todo lo que esta Carmelita Descalza tiene que contarte.
3.- Si te viene bien, puedes acceder a un resumen escrito del testimonio de Hna. Akiko en este link
4.- Más abajo te ofrecemos un artículo con el título “Reflexionando” sobre este testimonio. Úsalo para introducir las preguntas que hemos preparado para que puedas seguir reflexionando.
Reflexionando:
Estas vez, en Cambio de Agujas, tenemos el atrayente testimonio de Akiko Tamura. Hoy, Hna. Akiko, Carmelita Descalza en el Convento del Buen Pastor en Zarautz, Guipuzcua.
Constatamos a través de su historia, que Dios no es un Dios relojero que ha hecho el mundo, y ha creado a los hombres, y los ha soltado en él sin inmiscuirse en sus vidas, al estilo del dios deísta.
La Hna. Akiko nos cuenta en este programa, el modo en el que Dios se hizo el encontradizo con distintos miembros de su familia, y cómo le hizo entender lo que quería de ella después de haber pasado por múltiples vericuetos.
El término “vocación” significa llamada. Y debemos entender que no es la persona la que elige la vocación. Entendiendo la vocación en su dimensión existencial como un estado de vida, podemos afirmar que esta procede de Dios, y es un medio para alcanzar la santidad, el Cielo. Es el Señor quien la da, y el hombre responde eligiendo ser elegido.
La vocación es una cuestión inquietante que sólo se soluciona cuando se encuentra y se responde a ella abrazándola con generosidad, ya sea al matrimonio o a la vida consagrada. Una y otra vocación proceden de Dios, si bien el primero posee una dimensión natural, y el segundo sin ser antinatural entra en el ámbito exclusivo de lo sobrenatural.
El ser humano, por naturaleza, tiende a unir su vida con una persona del otro sexo que la complemente y a la que -a su vez- puede complementar. Sin embargo, la consagración a Dios de la propia vida, supone una sublimación, no un desprecio, de esta complementariedad conyugal. Se deja un bien por un bien que es mayor por la relación y donación que la persona hace a Dios de todo su ser en exclusividad, con totalidad y para siempre, sin necesidad de criaturas que hagan de intermediarias para poder realizar y expresar esta entrega a Dios.
Es sumamente importante preguntarle a Dios qué quiere de nosotros, para no errar en el camino y ponernos en peligro de no alcanzar la meta, o de meternos por un camino sumamente difícil de recorrer.
En esta sociedad secularizada, al haber estrangulado el espíritu religioso, ni siquiera nos planteamos el preguntarle a Dios qué quiere de nosotros, para qué nos ha creado, qué tenemos que hacer... Y a menudo constatamos la realidad de tantas vidas frustradas y desencajadas, como piezas que quedan fuera de sitio en un puzle.
Esta experiencia la tuvo nuestra protagonista. Habiendo hecho oídos sordos a la insinuación de Dios de que entrase en el Carmelo, anduvo a la deriva durante un largo periodo de su vida. A los ojos del mundo lo tenía todo: Médico cirujano de gran prestigio en la ciudad donde trabajaba, con una gran independencia, una vida económica desahogada, fiestas, novio, amigos… Sin embargo, no encontró nada que la llenase completamente hasta que no se rindió a Dios y aceptó responder a su vocación de Carmelita Descalza.
La vida contemplativa, tan poco comprendida en esta sociedad, es una de las grandes riquezas de la Iglesia, y del mundo: “Muchos son los que pueden vivir de pie porque otros viven arrodillados”, pidiendo por las necesidades de sus hermanos al Dios verdadero que dijo: “Pedid y se os dará”.
La oración y el sacrificio de nuestros hermanos y hermanas contemplativos, realizados por amor y en el amor, son el servicio más grande que puede hacerse en una humanidad que en gran medida ni entiende ni aprecia la vida contemplativa. Una existencia vivida en lo escondido, donde no hay aplausos ni reconocimiento: “Escondidos con Cristo en Dios” (Col 3,3).
La superficialidad y el mundo utilitarista en el que vivimos no las entiende, pero las necesita.
-Hna. Estela Morales, SHM
Para qué pienses…
- ¿Le has preguntado a Dios lo que quiere de ti?
- ¿Qué consecuencias crees que puede tener el no responder a la llamada de Dios?
- ¿Piensas que Dios ya no llama tanto como antes a una vida de especial consagración? ¿En qué basas tu respuesta?
- ¿Cuáles son los medios que pueden ayudar a una persona a conocer su vocación? ¿Y a responder a ella con fidelidad?