Podcasts

Testimonios

Muchos hombres y mujeres nos han precedido y otros nos acompañan actualmente, en el camino hacia la santidad. Su testimonio es un ejemplo que nos empuja también a nosotros a luchar. Si ellos pueden, ¿por qué yo no voy a poder?

Dios llora en la tierra (27): El telón permanece

El Viernes Santo continúa, viernes sangrante de la Iglesia que sufre. Pero también prosigue la misión asumida entonces por el ángel consolador en el huerto de los Olivos, por las mujeres piadosas de Jerusalén, por la Verónica, que limpió el rostro de Jesús; por Simón de Cirene, que le ayudó a llevar la cruz; por su Madre, que le acompañó y estuvo con Él hasta que todo había pasado.

 

Dios llora en la tierra (26): Las Hermanas de la Resurrección

Tengo confianza en el futuro, porque en este Instituto he encontrado personas de oración y de vida interior, que no se dejan desanimar ni por las más duras pruebas. A menudo viven en la noche espiritual. Son atormentadas, como Job, y varias veces lo han perdido todo. Pero Dios les da fuerzas para empezar de nuevo cada vez. Su espíritu de entrega total ha constituido para mí una valiosa lección.

 

Dios llora en la tierra (2): “Líbranos del mal”

“Dios renueva la faz de la tierra. Como un compasivo médico, está a la cabecera de la humanidad doliente. Rodea de gloria la obra desfigurada por necias criaturas. Cuando sus dedos acarician amorosamente las cosas, la Creación permanece iluminada por el brillo de una intacta belleza.”

 

Dios llora en la tierra (3): Pobre pequeña Rosa María

“Los padres no están en condiciones de alimentar a sus hijos, y los ceden, por ello, -a menudo, llorando-, a los compradores de niños. De lo contrario, morirían. Pero el calvario que les espera es peor que la muerte. La mayor parte de las niñas son alquiladas como criadas a familias que las explotan, y a menudo, las maltratan hasta que ellas se escapan. La extrema miseria las conduce por el mal camino.”

“Santa María, Madre de Dios, ruega por Rosa María y por nosotros, pobres pecadores, y por el mundo criminal que disputa las zonas de influencia y las materias primas al precio de las almas de estos pequeños inocentes. Y haz que por la justicia y el amor reparemos lo mejor posible estas desgracias, a fin de que Dios, en su justa cólera, no nos maldiga. Amén.”

 

Dios llora en la tierra (6): No hay sitio en la posada

“La Navidad viene mil veces al año, y mil veces pide Jesús ser recibido por los suyos. Pero mil veces al año se repite también la historia de Belén, de los posaderos indiferentes y de los acomodados burgueses bien atrincherados en su autosuficiencia. Y mil veces se cierran las puertas y los corazones ante la suma indigencia, que es en verdad la indigencia de Cristo.”

 

Dios llora en la tierra (1): Una vocación extraña

“Yo soy sacerdote, monje, y rara vez estoy en mi abadía, porque desde hace veintidós años me dedico a recorrer los países en que Dios llora, o bien estoy a la búsqueda de hombres que quieran ayudarme a secar sus lágrimas. Es ésta una vocación extraña; pero, echando una mirada a mi pasado, entreveo en mi vida una línea recta que a través de todo va de Dios a Dios.”

 

Dios llora en la tierra (7): Sacerdotes con la mochila a la espalda

"La preocupación por salvaguardar de la desesperación, del extremismo y de la apostasía a sus fieles cuando éstos fueron dispersados como arena por los desiertos de escombros y por territorios de la diáspora de la Alemania de la posguerra, los convirtió en 'sacerdotes con la mochila a la espalda'. Curas que eran pobres entre los pobres… que, cuando la pobreza arrojó a innumerables seres a la desesperación, salvaron la fe de su pueblo. Héroes de la caridad, de la abnegación y de la fe en Dios."

 

Dios llora en la tierra (8): El portero de la China Roja

"Uno de los hombres más valientes que he conocido en mi vida es el padre Poletti… Era en 1962 cuando nos conocimos y me narró sus aventuras mientras caminábamos… Al llegar a la casa parroquial, me daba pena ver al perro cada vez que el padre Poletti gritaba: 'Ah-Oi!' Pero más tarde comprendí que no se dirigía al perro, sino a la criada… Pero es el hombre que ha salvado la vida a cinco mil fugitivos. Bajo su ruda corteza se esconde la bondad del buen samaritano."

 

Dios llora en la tierra (9): Hacer lo que se puede

"A las once aterrizaba yo en Bombay. En todas partes, en las aceras, arrimadas a las paredes y a los portales, se ven figuras informes. No puedo precisar si viven o si están ya muertas. En esta ciudad, la más civilizada de toda la India, centenares de miles de niños duermen y mueren en las calles."

 

Dios llora en la tierra (12): El cuarto deber

"Hay que ayudar a esta Iglesia (en Iberoamérica). Pero, en primer lugar, no con medidas caritativas. La caridad puede llegar a ser como la morfina, que anestesia durante un día la indigencia, pero no resuelve los problemas. Carece de sentido dar un pedazo de pan a nuestros hermanos hambrientos y aumentar de este modo su subordinación. Tenemos que ayudarles a que se alcen por sí mismos de su profundo decaimiento, para que se sientan íntimamente libres y conscientes de la dignidad de hijos de Dios."

 

Dios llora en la tierra (13): ¿Ha muerto inútilmente este niño?

"Desgraciadamente nuestros dineros y nuestras energías se usan para otros fines. No para la salvación de la humanidad sino para su total exterminio. En la estratosfera, en la profundidad de los océanos y en lugares inalcanzables de lejanos países, la muerte está al acecho, y la bestia de la destrucción, lista para el asalto. En esto se utilizan las riquezas de la tierra y no en darles pan a los hijos hambrientos del Rey de la Creación."

 

Dios llora en la tierra (14): Meditación en la noche

“Doscientas personas que esperan desde ayer asedian el confesionario. Miro el cansado rostro del Padre Celso, que, encongiéndose de hombros, se ve obligado a rechazarles con sólo un flaco consuelo: 'Quizá el próximo año os toque a vosotros'... Si Cristo ha instituido el sacerdocio para permanecer por siempre y para siempre entre los pobres, hay algo que debe cambiar en la Iglesia. Debemos preguntarnos cómo podría repartir mejor la Iglesia ese don de Dios que nunca le ha faltado. Ningún sacrificio deberá parecernos demasiadio gravoso para ayudar a Celso y a sus hermanos en religión.”

 

Dios llora en la tierra (15): Un Monseñor en el frente

“Pues éste es el hombre que en diecinueve años bautizó veinte mil niños. Los domingos celebra tres misas en la iglesia parroquial, cuyas obras de construcción se han parado en la primera fase. En esta diócesis, en la que el obispo no quiere tener catedral, también los párrocos piensan que Dios no se siente a gusto en iglesias lujosas mientras su vida divina esté asfixiada por la miseria en los corazones de los fieles... No lucha contra el comunismo, sino contra la miseria, que borra los rasgos de Dios en el rostro humano y destruye la imagen del Rey de la Creación.”

 

Dios llora en la tierra (16): Visita a Nisia Floresta

“Las obras caritativas, para las cuales en el siglo XIX fueron fundadas numerosas congregaciones religiosas, ya no son de hecho obras de caridad. Muchas de ellas han perdido su utilidad. Pero en muchos países la vieja miseria del siglo pasado que apela al amor está todavía patente. El espíritu auténtico de muchas congregaciones puede encontrar ahí renovación y actualización. Las Hermanas de Nisia Floresta han mostrado el camino. Yo pido vuestra ayuda para poderlas sostener en adelante, y vuestra oración para que obtengan pronto la autorización de poder recibir todos los días el Cuerpo de Cristo y podérselo distribuir a cuantos tienen hambre de Él.”

 

Dios llora en la tierra (17): Transistores y diáconos

“En sus orígenes, el diaconado se instituyó para servir a los pobres. Su restablecimiento actual evidencia un claro testimonio de la voluntad de la Iglesia de ser la Iglesia de los pobres. Es probablemente el único medio para organizar la vida eclesiástica en las regiones que carecen de sacerdotes. Es la única posibilidad práctica para satisfacer el inalienable derecho de los fieles de recibir el pan de la palabra y de la Eucaristía. Es elemento esencial de la jerarquía eclesiástica. Tiene una tarea propia y confiere una gracia particular, de la cual la Iglesia no puede carecer en esta época de renovación total.”

 

Dios llora en la tierra (18): La Iglesia de los pobres

Hoy se habla mucho de la Iglesia de los pobres; pero, en mi peregrinar por Oriente y por Occidente, he comprobado que son cada vez más numerosos los pobres que se sienten abandonados por la Iglesia. En las innumerables víctimas del capitalismo y del comunismo se repite la tragedia del siglo pasado que muchos oprimidos pierden la confianza en la Iglesia porque ésta no consigue convencerles de que está presente a su lado. De esta manera, en Iberoamérica, los líderes sociales reprochan a los Padres conciliares el haber tratado con excesiva cautela el capitalismo. Y los fieles perseguidos de Europa oriental están desilusionados porque no se condenó al comunismo. Estos hechos deben inducirnos a reflexion.

 

Dios llora en la tierra (20): Coloquio con Cristo en Río

“Desde aquí, donde Tú dominas soberano las colinas, las favelas aparecen como un extraño mosaico en gris y negro. Pero cada casucha de ese cuadro amenazador esconde la miseria de una familia entera. Pues allí viven ochocientos mil pobres. Empujados por el hambre, han huido del interior del país hacia la ciudad dorada, pero han aterrizado en el infierno... hijos libres de Dios, que Tú has redimido con tu crucifixión y que no obstante, aquí en la tierra tienen que vivir, aun siendo inocentes, en un infierno.”

 

Sus caminos no son nuestros caminos: D. Miguel Ángel Catalán

D. Miguel Ángel Catalán es diácono de la diócesis de Toledo. Viene de una familia católica pero no muy practicante. Por este motivo, abandonó la fe y se empezó a interesar por el Islam. Gracias a una experiencia ante la Eucaristía, conoció la verdad y encontró su vocación al sacerdocio. Y ahora anima a los jóvenes a que se dejen mirar por Dios y se fíen de la Iglesia.

 

Sus caminos no son nuestros caminos: Hermana Luisa María

La hermana Luisa María, de las Hijas de María, Reina de la Paz, fue impulsada por el amor a Jesús a entregar su vida por la salvación de las almas. La paz del Señor Resucitado es una paz de perdón y de comunión con Dios y esta paz es el centro de su oración, sacrificio y apostolado.

 

Sus caminos no son nuestros caminos: Hermana Sandra Isabel

La hermana Sandra Isabel, colombiana, explica cómo Dios la llamó a ser religiosa con las Esclavas de Cristo Rey. Habla de cómo un joven puede descubrir la voluntad de Dios sobre él, especialmente a través de la oración.

 

Sus caminos no son nuestros caminos: Hermana Teresa

La hermana Teresa, de Panamá, es una de las primeras hermanas de la Congregación Hijas de María, Reina de la Paz. En su juventud, la confesión y la oración fueron su fortaleza y ayuda para poder responder a la llamada del Señor. “Si Dios hace esta llamada, uno debe ser dócil y responder, porque si uno no responde, no importa lo que hagas… no vas a ser plenamente feliz”.

 

Sus caminos no son nuestros caminos: Hermana Juana

La Hermana Juana es de Méjico. Nos habla sobre su vocación y el apostolado que realiza como religiosa. “La vida comunitaria abarca todo. Te ayuda a madurar, a reflexionar, a mirar no a ti misma sino a las demás”.

 

Sus caminos no son nuestros caminos: Hermana Adriana

La Hermana Adriana es de Colombia y pertenece a las Esclavas de Cristo Rey. Cuenta cómo encontró su vocación y cómo el Señor la llamó de la vida de una chica normal a una mayor intimidad con Él. "Soy toda de Dios. Somos esclavos por amor porque nuestro Rey se ha entregado."

 

Sus caminos no son nuestros caminos: Helena Marcos

Es médico y laica consagrada en las A.C.I.M. (Apóstoles de los Corazones de Jesús y de María). Nos cuenta cómo descubrió su vocación, nos habla también sobre el apostolado que realiza en su lugar de trabajo y, además, comparte su experiencia de misiones en Ecuador.

 

Sus caminos no son nuestros caminos: Mara

Mara es una maestra de 28 años. Nos cuenta su testimonio de cómo se encontró con el Señor y descubrió su vocación de consagrada, entrando en el convento de Agustinas de Santa Ana de Valencia.

 

 

Documentales

Documentales

Cortometrajes

Cortometrajes

¿Cómo puedo ayudar?

Gracias a la generosidad de nuestros bienhechores, hemos podido seguir hasta ahora. Pero las exigencias van siempre en aumento y con frecuencia surgen gastos imprevistos, como reparaciones, adquisición de nuevas máquinas, etc.
Más información aquí.

Colaboramos con:

proclericis          ewtn
CultuDivino           ain

Newsletter