El sacerdote

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"El sacerdote" te quiere ayudar a comprender la grandeza del ministerio que Dios ha confiado a algunos hombres que Él mismo ha elegido, para prolongar su misión en el mundo.
"El mismo Señor, para que los fieles se fundieran en un solo cuerpo [...], entre ellos constituyó a algunos ministros, para ofrecer el sacrificio y perdonar los pecados, y desempeñar públicamente, en nombre de Cristo, la función sacerdotal en favor de los hombres" (Presbyterorum Ordinis, nº 2).

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Hacer presente el amor de Jesucristo es la misión de cada sacerdote. En este programa el P. José María Alsina nos habla de cómo el mundo de hoy está más necesitado que nunca de Dios. Esto exige del sacerdote una entrega mayor para llevar a las almas a la verdad que sólo se encuentra en Jesús. Nos cuenta además de su propia experiencia en su labor pastoral y de cómo Dios le ha usado como instrumento para dirigir a las almas.

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Los efectos de la confesión

D. Borja Grau Orellano, sacerdote de la Archidiócesis de Valencia (España), nos recuerda que Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y que viva. Para que esto fuera posible instituyó el sacramento de la confesión, tan desvalorado actualmente que muchos lo consideran innecesario. Sin embargo, acercándonos a la confesión con un corazón contrito y una actitud de verdadera aversión al pecado, el Señor nos regala el perdón de Dios y la reconciliación con la Iglesia. Contemplando los beneficios del sacramento de la confesión, D. Borja anima a sacerdotes y fieles a darlo a conocer a través de catequesis, charlas, retiros… para recordar por qué no podemos prescindir de este sacramento.

Derramó su Sangre por ti

¿Has reflexionado alguna vez sobre cómo es tu vida cristiana? Cristo nos amó tanto que murió en la Cruz para salvarnos. Y tú, ¿estarías dispuesto a morir por Él? D. Borja Grau Orellano, sacerdote de la Archidiócesis de Valencia (España), experimenta con gran fuerza la sed que tiene Dios por salvar almas y, al mismo tiempo, la necesidad que el alma tiene de Dios. Por eso quiere que analicemos cómo es nuestro apostolado, si realmente nos preocupamos por cumplir la misión que, como bautizados, se nos ha dado de evangelizar a todas las naciones, porque desatender esta misión por dejadez, pereza, vergüenza, o con cualquier otra excusa, significa privar a un alma del derecho de conocer a Dios.

No tengáis miedo

D. Borja Grau Orellano, sacerdote de la Archidiócesis de Valencia (España), descubrió su vocación durante la adolescencia. El Señor hizo resonar en su corazón el camino que tenía pensado para él, pero el miedo a dejarlo todo le impedía responder. A pesar de las luchas, nunca dejo de hacer oración. Esto le ayudó a darse cuenta de que estaba siendo tentado por el demonio, que estaba haciendo todo lo posible para que no llegara a ser sacerdote. Hoy da gracias a Dios por no haberle abandonado durante sus luchas y por haberle configurado con Cristo sacerdote.

Cristo actúa a través de mí

Para D. Borja Grau Orellano, sacerdote de la Archidiócesis de Valencia (España), haber sido ordenado sacerdote es un auténtico milagro, ya que, debido a la situación de confinamiento provocada por la pandemia de COVID-19, cabía la posibilidad de tener que suspender la celebración de las ordenaciones sacerdotales. Pero, finalmente, pudo ser ordenado sacerdote el 28 de junio de 2020, gracias a la providencia de Dios y respetando en todo momento las normas sanitarias. Cada momento de la ceremonia fue muy impactante para él, pero el más destacado fue el rezo del Padre Nuestro: D. Borja experimentó con gran fuerza que ya no era él, sino Jesucristo, quien estaba orando al Padre.

¿Qué significa ser sacerdote?

D. Borja Grau Orellano, sacerdote de la Archidiócesis de Valencia (España), reconoce que, desde que fue ordenado sacerdote, ya no es él quien actúa, sino que es Jesucristo quien lo hace a través suyo, haciendo llegar su gracia a aquellos que lo necesitan. D. Borja describe qué significa para él ser sacerdote y cuáles son las tareas que el sacerdote desempeña dentro de la Iglesia.

La Liturgia de las Horas

El oficio divino (Liturgia de las Horas) es el conjunto de oraciones (salmos, antífonas, himnos, oraciones, lecturas bíblicas y otras) que la Iglesia ha organizado para ser rezadas en determinadas horas del día. D. Samuel Galán Fernández, sacerdote de la Diócesis de Alcalá de Henares (Madrid, España), explicará brevemente en qué partes se divide la Liturgia de las Horas, cuáles son sus oraciones principales y por qué es considerada la oración oficial de la Iglesia.

Fuente de la vida eterna

D. Samuel Galán Fernández, sacerdote de la Diócesis de Alcalá de Henares (Madrid, España), afirma que la Eucaristía es esencial en su ministerio sacerdotal. En este programa de «El sacerdote», reflexiona sobre tres manifestaciones de este sacramento: celebración eucarística, comunión y presencia real de Jesucristo.

Un signo de predilección

D. Samuel Galán Fernández, sacerdote de la Diócesis de Alcalá de Henares (Madrid, España), tuvo presente desde la infancia, gracias a su formación cristiana, la posibilidad de que Dios le pudiese llamar a la vida sacerdotal. Tras unos ejercicios espirituales, a los 16 años, vio que no estaba siendo suficientemente generoso para con el Señor y comenzó a tener vida de oración y asistir a Misa diaria. Esto le ayudó a tener una relación más íntima con el Señor y a descubrir el proyecto que Él tenía sobre su vida.

Una llamada a la entrega

D. Samuel Galán Fernández, sacerdote de la Diócesis de Alcalá de Henares (Madrid, España), describe el día de su ordenación sacerdotal como «el primer pilar de su sacerdocio». Ese día descubrió el gran don que el Señor le regalaba, y la importante misión que ponía en sus pequeñas manos.

El don del sacerdocio

D. Samuel Galán Fernández, sacerdote diocesano de Alcalá de Henares (Madrid, España), nos habla de los diferentes pasos que el candidato a sacerdote debe realizar antes de ser ordenado para determinar que verdaderamente hay una llamada de Dios. Destaca la importancia, durante todo el proceso, de un discernimiento espiritual, ya que el ejercicio de este ministerio no es temporal, sino permanente, pues el candidato, una vez ordenado, ya actúa in persona Christi.

La sucesión apostólica

D. Samuel Galán Fernández, sacerdote diocesano de Alcalá de Henares (Madrid, España), nos explica cómo ha sido el desarrollo del rito del sacramento del orden sacerdotal, desde su institución en la Última Cena, por Jesucristo, hasta nuestros días y por qué es necesario que los obispos posean la sucesión apostólica, para poder administrar el sacramento del Orden.

Instrumentos de su gracia

D. Samuel Galán Fernández, sacerdote de la Diócesis de Alcalá de Henares (Madrid, España), destaca que el sacerdocio no es un oficio, sino un don de Dios. Su misión, como ministro de Cristo, es distribuir la gracia de Dios a todos los hombres y esto lo hace a través de los sacramentos y la predicación del Evangelio. Y, como buen pastor, debe guiar a las almas por el camino de la verdad, para que alcancen la vida eterna.

Mi experiencia con los pigmeos

El P. Augustin Kalamba, sacerdote de la Archidiócesis de Kananga (República Democrática del Congo), nos describe su experiencia como misionero al servicio de la comunidad de los pigmeos. Destaca que este tiempo fue una riqueza, no solo para ellos, que conocieron a Jesucristo, sino también para él, porque profundizó en la importancia del Sacrificio Eucarístico y en la necesidad de hablar acerca de Dios a todos los pueblos, para que puedan conocer la grandeza por la cual han sido creados y el fin último al que han de aspirar.

¿Quiénes son los pigmeos?

El P. Augustin Kalamba, sacerdote de la Archidiócesis de Kananga (República Democrática del Congo), fue enviado por su obispo a un lugar remoto de su diócesis. Allí descubrió una tribu de pigmeos que aún no había recibido el primer anuncio del Evangelio. Un tiempo después, el cacique de la tribu recibía el bautismo, abriendo las puertas de su comunidad al Evangelio.

Prenda de la vida eterna

El P. Augustin Kalamba, sacerdote de la Archidiócesis de Kananga (República Democrática del Congo), afirma en este programa de «El Sacerdote» que la celebración de la Santa Misa no es un acontecimiento más, sino el mismo sacrificio de Cristo que se entrega por nosotros para darnos la vida eterna. El P. Augustin nos recuerda la necesidad de estar en gracia para poder recibir la Eucaristía y anima a los fieles laicos a comulgar diariamente, pues la celebración de la Santa Misa debe ser el centro de la vida de cada cristiano.

Mi cruz no la llevo solo

Hace diez años que el P. Augustin Kalamba, sacerdote de la Archidiócesis de Kananga (República Democrática del Congo) fue ordenado sacerdote. Durante este tiempo, ha podido comprobar que el sacerdote tiene infinidad de debilidades, pero, a pesar de eso, si imita verdaderamente a Jesucristo y se agarra a la cruz, al final de su vida serán recompensados todos los esfuerzos realizados. El P. Augustin es feliz porque sabe que nunca está solo. El Señor sale siempre a su encuentro para ayudarle a afrontar las dificultades de cada jornada.

Mi historia la escribe Dios

El P. Augustin Kalamba, sacerdote de la Archidiócesis de Kananga (República Democrática del Congo), descubrió su vocación sacerdotal a la edad de nueve años. A través del canto de unas religiosas, el P. Augustin Kalamba experimentó que el Señor quería que fuese solo de Él. Cuando recuerda las dificultades encontradas en el seminario menor, considera que el Señor le permitió pasar por ellas para crecer en humildad y fortalecer su vocación, demostrándole que no es él quien debe guiar su vida, sino que debe dejarse guiar por Dios.

Nada ocurre por casualidad

El P. Augustin Kalamba fue ordenado el 23 de agosto de 2009, en el 50 aniversario de la Archidiócesis de Kananga (República Democrática del Congo). Está convencido de que no fue casualidad ser ordenado ese día, sino que la elección es fruto de la providencia de Dios. La coincidencia le ayudó a identificarse más con la diócesis a la que iba a servir a través de su ministerio sacerdotal, conduciendo a las almas por el camino de la verdad, que es Cristo.

Signo de los bienes celestiales

La vida consagrada hace presente en el mundo el mismo estilo de vida de Jesucristo, que vivió pobre, obediente y casto. En este último programa de «El sacerdote», el P. Matthew Nobrega nos cuenta cómo descubrió que Dios le llamaba no solo a la vida sacerdotal, sino también a consagrarse como religioso en los Siervos del Hogar de la Madre. Ellos no se definen por las actividades que realizan, sino por lo que son. Son de Dios y, a partir de eso, Dios puede hacer con ellos lo que quiera. Como dice la fórmula de sus votos: «Jesucristo será mi única riqueza y mi único Tesoro».

Haced esto en memoria mía

La Santa Misa, la adoración al Santísimo Sacramento, el Rosario y la confesión frecuente son el alimento espiritual del sacerdote. El P. Matthew Nobrega, Siervo del Hogar de la Madre, advierte que, sin este alimento, el sacerdote corre el riesgo de perderse y ser absorbido por la actividad diaria, terminando por actuar movido solo por rutina. Nos habla de su experiencia como párroco y comparte algunos recursos que él utiliza para cuidar su vida espiritual y la de su comunidad, para asegurar que siempre se haga primero la voluntad de Dios.

Ella siempre está presente

«El trato con la Virgen María no es accesorio, sino que es esencial». Así se expresa el P. Matthew Nobrega, Siervo del Hogar de la Madre, en este programa de «El sacerdote» que dedica a la importancia de María en su sacerdocio. Anima a los sacerdotes a predicar con más frecuencia sobre Ella, modelo de vida cristiana, y a ofrecer su cariño maternal a las almas a través de su vida sacerdotal. Está convencido de que todo sacerdote que pone su corazón, sus afectos y su voluntad en el Corazón Inmaculado de María, posee un «arma nuclear» para afrontar las tentaciones y asechanzas del demonio.

Cómo ser un buen confesor

El Señor, en su infinita bondad, viendo la debilidad del hombre a causa del pecado original, quiso darnos la posibilidad de arrepentirnos de nuestras faltas y, acudiendo al Sacramento de la Confesión, ser perdonados por el sacerdote. La experiencia de la confesión es una experiencia de liberación, perdón y olvido. El P. Matthew Nobrega, Siervo del Hogar de la Madre, nos habla acerca de su experiencia como ministro de este sacramento. Destaca la importancia de una buena formación para poder ayudar a las almas a afrontar las luchas y tentaciones del día a día.

Mi misión como sacerdote

El P. Matthew Nobrega nos habla sobre la misión que desempeña como sacerdote dentro de los Siervos del Hogar de la Madre. Para él, cada comunidad de Siervos a la que ha sido destinado, ha supuesto un tiempo lleno de gracias, de crecimiento espiritual y de aumento de amor por la evangelización de las almas. Destaca, en particular, el curso que estuvo destinado en Ecuador, donde experimentó fuertemente la mano providente y misericordiosa de Dios en cada actividad que le encomendaban.

Esto es lo que quiero para ti

El P. Matthew Nobrega experimentó por primera vez la llamada a los 15 años. El Señor le mostró, a través de una homilía, su vocación sacerdotal. A pesar de querer responder con prontitud, fue arrastrado durante algunos años por el mundo, dejando la idea de ser sacerdote como un mero recuerdo, hasta que, en la universidad, comenzó a experimentar más intensamente la necesidad de entregarse por completo a las cosas de Dios. Tras un largo discernimiento, entró a formar parte de los Siervos del Hogar de la Madre, para ser sacerdote y religioso.

Él me eligió sin merecerlo

El P. Matthew Nobrega, Siervo del Hogar de la Madre, fue ordenado sacerdote el 19 de diciembre de 2015. En este programa, «Él me eligió sin merecerlo», explica brevemente los estudios y pasos preparatorios que el seminarista debe realizar antes de llegar a ser sacerdote y cuál fue su experiencia personal en este periodo. Es consciente de no ser merecedor de este gran don. Por ello da gracias a Dios por haberle elegido y pide oraciones para desempeñar fielmente su misión durante el tiempo que el Señor le quiera conceder en esta tierra.

Lo esencial del sacerdote

El P. Matthew Nobrega, Siervo del Hogar de la Madre, para ayudarnos a comprender la grandeza del ministerio sacerdotal nos explica qué es lo esencial de este ministerio. Solo el sacerdote puede traer el Cielo a la tierra, solo él es puente entre Dios y los hombres. El P. Matthew considera que es necesario que los fieles tengan fe en este ministerio, pero señala que es aún más importante que los mismos sacerdotes tener fe en lo que son, porque si dejan de creer en el don recibido, su sacerdocio se deteriora.

Apóstoles de Jesucristo

El P. Luke DeMasi, como Siervo del Hogar de la Madre que es, tiene como tercera misión «la conquista de los jóvenes para Jesucristo». Este es el apostolado prioritario, aunque no exclusivo, del Hogar de la Madre. Durante el tiempo que ha estado destinado en Irlanda, ha podido experimentar de primera mano la «sed de verdad» que los jóvenes tienen. Ellos —subraya el P. Luke— tienen derecho a saber que son amados por Dios y que su vida va más allá de lo que el mundo puede ofrecerles. Pero, para eso, necesitan ser evangelizados.

Los distingue su modo de vivir

El P. Luke DeMasi reflexiona desde su experiencia personal como sacerdote religioso de los Siervos del Hogar de la Madre para explicar las diferencias entre el sacerdote diocesano y el sacerdote religioso. Desarrolla brevemente en qué consiste cada uno de los votos que profesan los religiosos: pobreza, castidad y obediencia, y destaca por qué es importante la vida comunitaria, no solo para los religiosos sino también para los sacerdotes diocesanos.

Una nueva oportunidad


Durante el tiempo en que el P. Luke DeMasi, Siervo del Hogar de la Madre, ha estado destinado en Irlanda, se ha encontrado con la triste realidad de que muchos católicos ya no acuden al sacramento de la Confesión porque no lo consideran necesario. Sin embargo, como nos recuerda el P. Luke, solo entraremos en el Reino de los Cielos si renunciamos a nuestros pecados y nos convertimos a Dios. Y es gracias a este sacramento, instituido por Jesucristo, donde se nos brinda una nueva oportunidad de convertirnos y de recuperar la gracia de la justificación.

Fundamento de mi sacerdocio

El P. Luke DeMasi, Siervo del Hogar de la Madre, considera que el sacerdote necesita tener el Santísimo en casa y reservar un momento del día donde mediante la oración, su alma pueda recibir la fuerza que necesita para afrontar los trabajos y dificultades de cada día. No hacerlo de forma humana sino mirando siempre la voluntad de Dios, ya que el sacerdote sin oración finalmente es consumido por el mundo y se convierte en un simple funcionario dejando de lado las cosas de Dios para ocuparse solo de las del mundo.

El amor de una Madre

El P. Luke DeMasi, Siervo del Hogar de la Madre, experimentó a la Virgen María como madre por primera vez tras un intenso periodo de lucha espiritual durante su juventud. Ahora, como sacerdote, él es consciente de que su presencia es mucho mayor. Nos invita a invocar con más frecuencia a María para que, como buena Madre que ama a sus hijos, pueda corregir nuestras faltas, enseñarnos a ser verdaderos cristianos y nos guíe por el camino de la fe.

Yo vivo de la Eucaristía

El P. Luke DeMasi, Siervo del Hogar de la Madre, recuerda que la Santa Misa no es una simple «representación» del sacrificio de la Cruz, sino que es el mismo sacrificio del Calvario. Destaca cuánta necesidad hay de oración y de reparación a causa del abandono y las ofensas que en la actualidad sufre el Señor en este sacramento. Los sacerdotes deben desempeñar su ministerio sacerdotal en fidelidad no a sus propios ideales, sino a la Palabra de Dios.

«Tienes que ser mi sacerdote»

El P. Luke DeMasi, Siervo del Hogar de la Madre, experimentó la llamada al sacerdocio en el primer retiro espiritual que hizo en la universidad. La confesión le trajo una paz tan inexplicable que preguntó al Señor qué tenía que hacer para conservar esa paz toda la vida. El Señor le respondió al instante: «Tienes que dejar las malas amistades, y después tienes que ser mi sacerdote». El miedo le paralizó durante cuatro años, hasta que la Providencia puso en su camino a un sacerdote que le ayudó a descubrir el gran don que es ser elegido por Dios para ser sacerdote.

Don gratuito de Dios

«Yo quiero que tú seas mi sacerdote. Quiero que tú vayas donde Yo quiero ir, que seas mi representante en esta tierra». El P. Luke DeMasi, Siervo del Hogar de la Madre, fue ordenado sacerdote el 29 de abril de 2017, fiesta de Santa Catalina de Siena. Descubrió ese día que, tras ungirlas con los santos oleos, esas ya no eran sus manos, sino las de Cristo, y que tenía que ser consciente de lo que hacía con ellas. Pero lo que más le marcó fue la celebración de su primera Misa, al elevar por primera vez la Eucaristía y comprender lo que es el cuerpo de Cristo.

Señor, ¿qué quieres de mí?

D. Álvaro Almenar Picallo —vicerrector de la Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia (España)— señala que en la vida cristiana no existe el paro, aquí todos tenemos una misión. Por ello, es importante el discernimiento para saber qué quiere Dios de mí. Dios no puede pedirnos algo que no podamos realizar y, además, Él quiere nuestra felicidad, por tanto, hacer su voluntad es garantía de felicidad. ¿Quieres ser feliz? Pregunta al Señor qué quiere de ti.

Yo tenía otros planes

D. Álvaro Almenar Picallo —vicerrector de la Basílica de la Virgen de los Desamparados, de Valencia (España)– nació en una familia cristiana y fue educado en la fe, pero, en la adolescencia, su relación con Dios se fue enfriando y finalmente dejó de asistir a Misa. Estudió Derecho y, aunque a nivel humano lo tenía todo, entró en una crisis profunda. En medio de ese vacío, Dios puso en su corazón una llamada a la donación, que tiempo después descubrirá, que se trataba de la entrega total en el ministerio sacerdotal.

Diálogo íntimo con el Señor

D. Álvaro Almenar Picallo —vicerrector de la Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia (España)— nos advierte que, si no dedicamos una parte del día a hacer silencio para que Dios pueda hablarnos y ayudarnos a salir de nuestros errores, existe el peligro de que caigamos en la tentación de vivir de «herencias espirituales» y, finalmente, nos olvidemos de lo más importante, que es hacer la voluntad de Dios.

Modelo de vida cristiana

D. Álvaro Almenar Picallo —vicerrector de la Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia (España)— afirma que la devoción a la Virgen Santísima no es una devoción más dentro del calendario litúrgico. Y, en concreto, los sacerdotes tienen una especial necesidad de acudir a María para que, como maestra, les enseñe a tener entrañas de misericordia para acoger, ayudar, guiar y socorrer a cada fiel que acuda a ellos, como lo haría Ella. «¿Quieres ser buen cristiano? Pues imita a María».

La Virgen de los Desamparados

Todo un equipo de sacerdotes atiende espiritualmente la Basílica de la Virgen de los Desamparados. Uno de ellos es D. Álvaro Almenar Picallo —vicerrector de la Basílica— que, en comunión con el rector, D. Jaime Sancho, se encarga de coordinar las obras de evangelización y caridad que realizan desde la Basílica y al equipo de capellanes que se encarga de la acción litúrgica. Desde que se abre hasta que se cierra, cuidan de la atención del sacramento de la Penitencia, sostienen el culto eucarístico y, dentro de las obras de caridad, colaboran con diferentes entidades, como explica D. Álvaro.

  • Las palabras del Evangelio son una llamada a no tener miedo. «Mi misión —dice D. Juan Cerrato Ponce, sacerdote de la Diócesis de Getafe (Madrid)— es llevar a Dios tanto a las personas que están dentro de la Iglesia de la que soy párroco, como también a los de fuera. Porque el de fuera también está necesitado de Dios, aunque él no lo sepa». Tenemos que confiar, trabajar y llevarle a Él. Nunca nos pedirá empresas que no podamos realizar.

     

     

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